• Inicio
  • PROCESADOR PARA CADA TARJETA GRÁFICA Y EVITAR CUELLOS DE BOTELLA

PROCESADOR PARA CADA TARJETA GRÁFICA Y EVITAR CUELLOS DE BOTELLA

En este artículo, voy a explicar cómo evitar los cuellos de botella para optimizar el rendimiento de vuestra tarjeta gráfica. Para ello, es necesario saber qué procesador elegir según la tarjeta gráfica que estemos utilizando.

En principio, debemos de tener en cuenta que para aprovechar al máximo una tarjeta gráfica específica no es necesario utilizar el mismo procesador para reproducir resoluciones de 1080p, 1440p y 2160p. Además, hay que conocer que la carga de trabajo que debe soportar la GPU aumenta exponencialmente al aumentar la resolución, y sabemos que ese es el motivo del lanzamiento de la CPU.

Por ejemplo, al usar una tarjeta gráfica RTX 3080 y Ryzen 5 1600 para reproducción de 1080p, el procesador causará un gran cuello de botella. A esta resolución, el RTX 3080 funciona muy libremente y requiere que el procesador funcione a toda velocidad para proporcionarle los datos que necesita para maximizar la velocidad de FPS (cuadros por segundo) y liberar todo su potencial.

Ryzen 5 1600 no tiene suficiente IPC, ni funciona a una velocidad lo suficientemente alta como para que la solución NVIDIA no pueda ejecutarse por completo con esta resolución. Sin embargo, dado que la GPU debe soportar una carga enorme, si se aumenta la resolución a 4K, el impacto de la CPU se minimizará.

Ya que son muchos los usuarios que tienen dudas sobre la necesidad de mover mejor los procesadores con diferentes tarjetas gráficas, decidí hacer este artículo en la que se responderá, de manera clara y lo más sencilla posible, este problema. Intentaré ser directo, claro y práctico, para que incluso aquellas personas con menos conocimientos puedan resolver sus dudas sobre los cuellos de botella.

Qué procesador necesito: consideraciones previas

Antes de meternos de lleno en el tema. es importante discutir algunas cuestiones básicas, que son fundamentales para entender todo lo que vamos a decir en esta guía. Lo primero que hay que recordar es que siempre hay un cuello de botella, ya podemos intentar ajustar y configurar todo lo que queramos en el ordenador que esto no servirá de nada. Siempre nos enfrentaremos a este problema. Aunque en última instancia es importante que el impacto de estos cuellos de botella sean mínimos, es imposible lograr un equilibrio perfecto.

Para que podamos entendernos mejor, y con fines explicativos, podemos distinguir entre cuellos de botella leves, moderados y graves:

  • Cuello de botella leve: incluso en un ordenador que esté equilibrado, nos enfrentaremos a este cuello de botella. Suele deberse a la dependencia de determinadas aplicaciones y juegos de componentes específicos y tiene un impacto mínimo. No debemos preocuparnos por ellos ya que es muy común.
  • Cuello de botella moderado: aquí ya empiezan los problemas por los que deberíamos empezar a preocuparnos, aunque la mayoría de las veces es tolerable. En este caso, esto sucede cuando existe un desequilibrio considerable entre el procesador y la tarjeta gráfica, pero demasiado como para afectar al rendimiento del equipo y que haga que la experiencia sea negativa. Tendremos un rendimiento excelente y podremos jugar a juegos sin problemas, pero la tarjeta gráfica no podrá alcanzar todo su potencial. Y no queremos eso.
  • Cuello de botella severo: Esto ocurre cuando la tarjeta gráfica tiene un rendimiento mucho menor del que debería ser su rendimiento. También puede pasar cuando tenemos un buen rendimiento pero hay jitter, debido a una pobre sincronización de los FPS causada por el problema de bloqueo. Esto se traduce en un tiempo de renderizado más largo entre fotogramas.

Para que se entienda mejor, voy a poner tres ejemplos prácticos para cada tipo de cuello de botella. Por ejemplo, al usar el procesador Core i5 10400F con el RTX 3080, habrá un ligero cuello de botella. Por el contrario, dado que el RTX 3080 se usa en combinación con el procesador Ryzen 5 1600, encontraremos un cuello de botella moderado debido al menor IPC y su menor rendimiento. Menor frecuencia de funcionamiento. Un ejemplo de un cuello de botella severo es el emparejamiento de Core i3 7100 con RTX 3080.

Hay que tener siempre en cuenta que la resolución siempre tiene impacto en el binomio de la tarjeta gráfica y procesador. Como ya te he dicho, si jugamos a una resolución de 1080p, la combinación de Core i7 4790 y RTX 3080 creará un serio cuello de botella. Este problema prácticamente desapareció cuando se aumenta a una resolución de 2160p (4K).

¿Qué procesador necesito si tengo una tarjeta gráfica de gama baja?

Cuando hablamos de tarjetas gráficas de gama baja, me refiero a todas las tarjetas gráficas diseñadas para juegos móviles a 1080p y de una calidad baja a media. Por ejemplo, GeForce GTX 960, Radeon R9 280 y otras similares entran en esta categoría. 

Para poder aprovechar todo el rendimiento de estas tarjetas gráficas, de la manera más óptima, no necesitamos un procesador muy potente. Con un procesador Core i5 2500 o FX 6350 sería suficiente. Sin embargo, hay que recordar que al usar un procesador más potente aumentaremos los FPS, es decir, mejoraremos la visibilidad y la fluidez del juego a 1080p y resoluciones más bajas.

IPC es igual o muy parecido al quad-core de la arquitectura Sandy Bridge. Una CPU de cuatro hilos es suficiente para nosotros, o puede ser compensado por una alta frecuencia de operación. Sin embargo, es importante recordar que en los juegos que requieren al menos ocho subprocesos para funcionar de manera óptima, tener un Core i7 2600 o FX 8350 puede tener un impacto significativo.

¿Cuál es el procesador que necesito para una tarjeta gráfica de gama media?

Ante una gama tan extensa y variada, tengo que hacer una  división para poder diferenciar entre el modelo de gama baja-media, el modelo de gama media, en el sentido más estricto, y el modelo de gama media-alta, para intentar dejarlo lo más claro posible y que no te quedes con más dudas y preguntas de las que vienes.

  • Gama media-baja: consta de GTX 1060, RX 580 y productos similares (como GTX 980 y R9 390).
  • Gama media: este nivel es muy amplio, pero aquí podemos incluir, por ejemplo, todas las versiones de GTX 1660, RTX 2060-2060 Super, RTX 2070, Radeon RX 5600 XT, Radeon RX 5700 y otros modelos similares.
  • Gama media-alta: también es una gama muy amplia, pero aquí podemos encontrar varios modelos de tarjetas gráficas, como RTX 2070 Super, RTX 2080-2080 Super, RTX 3060-RTX 3060 Ti, RX 5700 XT y Radeon VII.

Tener una tarjeta gráfica de gama baja no significa que no vayamos a poder jugar o a disfrutar del juego. Aún podemos jugar bien sin problemas. Si estamos utilizando un Core i7 4770 o Ryzen 5 1500X, no encontraremos grandes cuellos de botella.

A las tarjetas gráficas de gama media podemos sacarle un buen rendimiento con Core i7 4770 o Ryzen 5 1500X sin tener que enfrentarnos a cuellos de botella severos, aunque lo ideal es utilizarlas con Ryzen 5 2600 o Core i5 8400.

En el caso de las tarjetas gráficas de gama alta, a pesar de utilizar procesadores más potentes como Ryzen 5 3600 o Core i5 10400, nunca encontraremos cuellos de botella serios para Ryzen 5 2600 o Core i5 8400. 

Si tengo una tarjeta gráfica de gama alta, ¿qué procesador necesito?

Dentro de esta gama, también nos encontramos con distintos rangos de potencia. Como en el caso anterior, voy a establecer una cierta distinción dentro de la gama alta.

  • Gama alta, propiamente dicha: aquí es donde se encuentran tarjetas gráficas como RTX 3070, RTX 2080 Ti, RX 6800, RTX 3080 y RX 6800 XT.
  • Por encima de la gama alta: una categoría superior que consta de RTX 3090 y RX 6900 XT.

Para mover mejor estas tarjetas gráficas de gama alta, es recomendable utilizar Ryzen 5 3600 o Core i510400. Este último proporciona mayor rendimiento a un precio menor, por lo que lo convierte en la opción más recomendada.

Estas tarjetas gráficas tan potentes se restringen fácilmente a nivel de procesador. Esto suele ocurrir cuando se reproducen a resoluciones inferiores a 4K. 

Al usar Ryzen 5 3600 o Core i5 10400, no te encontrarás con un cuello de botella como tal, pero para aprovechar realmente todo el rendimiento y la potencia de estas tarjetas gráficas, es recomendable elegir Core i5 10600K, si cuentas con un presupuesto alto, o Ryzen 5 5600X, si tenemos la capacidad pagar más y esperar maximizar el rendimiento a resoluciones de 1080p y 1440p.

Conclusiones finales sobre el cuello de botella: cada juego es un mundo y funciona de forma diferente

Últimamente, he estado viendo muchos cuellos de botella en los juegos. Esta situación se ha visto intensificada con el lanzamiento de la nueva generación de consolas PS5 y Xbox Series X, ambas con núcleos Zen 2 8 y procesador de 16 hilos.

Los procesadores de las dos consolas usan el mismo diseño que la APU de la serie Ryzen 4000, lo que significa que su caché L3 es menor que la del Ryzen 7 3700X, y su frecuencia de funcionamiento también es menor. Lo que finalmente se ha demostrado es que, obviamente, su rendimiento no es tan bueno como el del Ryzen 7 3700X.

Ante esto, hay que tener en cuenta también que la propia consola reserva un núcleo (dos hilos) para el sistema, hecho que confirma que la vida de los procesadores de seis núcleos y doce hilos será mayor de lo esperado. Si tienes un procesador con esta configuración (por ejemplo, Ryzen 5 1600), o incluso uno más potente (por ejemplo, Ryzen 7 1700), entonces eres afortunado. Conforme los desarrolladores comiencen la transición a las consolas de próxima generación, estos procesadores resurgirán y se lanzarán juegos que realmente pueden utilizar procesadores con seis o más núcleos.

El cuello de botella depende de la configuración de la tarjeta gráfica y del procesador, por lo que también afectará al tipo de juego que estemos ejecutando. Algunos juegos hacen buen uso de procesadores multiproceso, como, por ejemplo, “The Division 2” o “Shadow of the Tomb Raider“, mientras que otros juegos tienen cuatro núcleos y priorizan el IPC y la velocidad de procesado. Ryzen 5 1600 ha funcionado bien en los dos primeros juegos, pero su rendimiento puede verse disminuido en la segunda categoría de juegos.

En este ejemplo, quiero ayudarte a entender por qué decimos esto y, al final, en términos de tarjetas gráficas y de procesador, hasta un PC perfectamente equilibrado puede sufrir ciertos cuellos de botella.

Entonces, ¿qué debo tener en cuenta para elegir un buen procesador?

Después de todo esto, puede que todavía tengas alguna duda sobre qué características deberías mirar a la hora de elegir un procesador según tu tarjeta gráfica. Son muchas cuestiones las que influyen. Sin embargo, podemos establecer una serie de pautas básicas que pueden servir como punto de partida para que puedas elegir de forma acertada:

  • No debemos renunciar a la configuración de cuatro núcleos y ocho hilos.
  • Las configuraciones de procesadores de seis núcleos y doce hilos tiene un gran nivel de rendimiento a un precio barato, por lo que son recomendados.
  • Los procesadores de 8 núcleos y 16 subprocesos tienen una vida útil muy larga. Sin embargo, no se aprovecharán realmente hasta que se complete la transición a la siguiente generación.
  • Para las tarjetas gráficas de gama baja, el IPC de nivel Sandy Bridge (Intel Core 2000) es suficiente. Para la gama media, el IPC debe estar al menos al nivel de Skylake (Intel Core 6000) o Zen + (Ryzen 2000). Si nos vamos a la gama alta, la opción ideal son los procesadores Coffee Lake o Zen 3.
  • Si hablamos de la frecuencia de funcionamiento, desde los 3,6 GHz ya podemos movernos a un nivel aceptable, y se recomienda superar los 4 GHz.
  • Debido a la rigidez del modo Turbo en la mayoría de los procesadores, el procesador multiplicador desbloqueado ha perdido mucho interés, pero en algunos casos puede marcar una gran diferencia (Core i5 10600K es un buen ejemplo).

Deja un comentario